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Los voluntariados: Marruecos

El año pasado estuve en Marruecos durante seis meses fantásticos. Fui a realizar un Workaway como voluntario de educación en una escuela en Berrechid. Al contrario de lo que mucha gente suele pensar, Marruecos es un país increíble con unos problemas que no me corresponde a mí hablar de ellos.

El trabajo en la escuela era genial, las personas increíbles y pude desarrollar una labor de cooperación y ayuda positivas. Me encantó poder estar allí, enseñar español y ayudar con el inglés y el francés. También pude aprender darija, lo que viene siendo el árabe marroquí ya que el árabe tradicional se habla en Arabia Saudí y el resto de países árabes hablan su propio dialecto.

Creo que las labores de voluntariado son siempre positivas, pero se deben hacer desde el corazón y no buscando un sitio donde viajar low cost. Además, muchas de las organizaciones que dan este tipo de servicios piden un dinero desorbitado por ir y ayudar, lo cual dificulta que personas que de verdad quieren aportar estén con las manos atadas.

¿Por qué digo esto? Porque conocí muchísima gente que ni siquiera atendía a las clases y que se hacían miles de fotos del denominado “postureo” para sus redes sociales y no volvían a ayudar hasta tres semanas después, cuando volvían de sus viajes, y era para hacerse más fotos y volver a irse. Me parece que estamos en una era donde todos tienen que ser exitosos y tener bondad, pero aparentar ese éxito o esa bondad se convierte en tendencia cuando una persona no tiene algo dentro que le mueve para realizar dichas actividades y conseguir los logros que persigue. Es una pena ver cómo los trabajos de voluntariado se ven empañados por tanta miseria humana que contrasta con la belleza y la bondad de las personas a las que ayudas.

No creo que se deban dejar de haber todas las actividades de voluntariado, ni mucho menos, pero las personas deben estar concienciadas de qué están haciendo, por qué lo están haciendo y si de verdad es algo que les sale de dentro. La mayoría quieren aparentar ser buena gente, pero eso no es así. A mí me partió el corazón ver que no iba a poder cambiar nada, pero lo seguí intentando. A muchos les dio igual, solo querían tener un sitio gratuito donde estar y poder viajar.

Cada uno elige su vida, pero si vais a hacer un voluntariado, hacedlo desde el corazón y no desde el bolsillo. Si quieres viajar, viaja como lo hace todo el mundo consiguiendo el dinero y administrándolo, no yendo a un sitio que no te importa a hacer algo que no te apetece.

Por otra parte, recomiendo ir a Marruecos y pasar un tiempo allí. Conocer un país árabe me ha quitado mucha tontería que ya tenía. Esa tontería no eran prejuicios, sino valorar la vida y las cosas como se tienen que valorar. Nunca he visto corazones tan puros ni tanta belleza humana. Si alguien no tenía para comer, el vecino le daba la mitad de su plato. Si alguien necesitaba ayuda, salían a ayudarle. Es una pena que la droga y la situación económica casi tercermundista de más de dos tercios de la población destrocen esa belleza, pero quizá esa belleza solo nace cuando se ve la necesidad y uno vive con lo puesto.

Marruecos me enamoró aunque ya estuviera enamorado de Marruecos. Volveré pronto, como turista, pero volveré.

Si quieres información sobre cómo realizar voluntariados, no dudéis en preguntarme.



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